En Japón se utiliza vajilla de diversos colores y formas.
Es una sensación de belleza diferente a la porcelana de estilo occidental, bien regular y práctica.
Nosotros utilizamos porcelana pero también nos sentimos orgullosos
de la gran variedad de laca y cerámica rústica que poseemos.
En Japón es muy importante la combinación entre comida, vajilla y estación: según el tipo de comida se servirá en una vajilla específica y
dependiendo de la estación ésta será diferente.
Disfrutamos de la armonía entre vajilla y naturaleza con todos nuestros sentidos.
A pesar de la abundancia de vajilla industrial en el mercado,
la vajilla artesanal japonesa llama la atención por su delicadeza, originalidad, resistencia y exquisitez.
Tengo la oportunidad de hacer cerámica en Barcelona. Mi manera es tradicional, empleo mucho tiempo para cada pieza. Primero amaso bien el barro a la manera original japonesa.
Luego hago la forma con el torno o con churros. La dejo secar y la cuezo durante 8 horas. Después de esmaltarla, la cuezo a alta temperatura durante 14 horas.
Para mí, es un placer que mucha gente utilice cerámica japonesa
y disfrute de su belleza.
Mi obra se basa en la fusión de técnicas tradicionales japonesas y el imaginario precolombino. Una mezcla que podría definirse en torno al unheimlich, donde formas, personajes y técnicas nos resultan familiares pero lejanas, y en cierto modo, inquietantes.
Una mezcla de la obsesión con el detalle y el espacio en silencio. El horror vacui combinado con el azar de los materiales cerámicos. El control del accidente provocado; donde converge la naturaleza en su forma más primigenia, con la huella del hombre.
Para mí es un honor haber aprendido todas las técnicas de Motoko y su legado de cerámica japonesa. La fusión de culturas, no hace más que enriquecer los vestigios de nuestro paso por este mundo.